Por José L. Lobo
“ Si Inditex es capaz de
controlar la calidad de sus productos durante todo el proceso de producción,
¿por qué no hace lo mismo con la mano de obra que emplea?"
No se trata de un caso aislado. Los dos talleres de Sao
Paulo en los que inmigrantes ilegales fabricaban ropa para la conocida empresa
textil española, Zara, en condiciones que rozaban la esclavitud son sólo la
punta del iceberg.
En el Ministerio de Trabajo de brasileño aseguran que al
menos en otros 33 talleres subcontratados por la firma gallega se habrían
detectado las mismas irregularidades: hacinamiento, condiciones insalubres de
trabajo y salarios de miseria. Pero la multinacional Inditex, propietaria de
Zara, insiste en que se trata de una “situación excepcional”, según señaló ayer
a El Confidencial un portavoz oficial del grupo textil fundado por Amancio Ortega.
Según reveló ayer [por el lunes] la auditora fiscal del
Ministerio de Trabajo Juliana Cassiano al diario O Globo, el de mayor
tirada del país, la mayoría de los 15 inmigrantes bolivianos y peruanos
liberados en los dos talleres de Sao Paulo no tenían documentos, habían sido
introducidos clandestinamente en Brasil por redes de tráfico de seres humanos,
con falsas promesas de grandes sueldos, y trabajaban en unas condiciones
“terribles”.
Su jornada laboral era de hasta 16 horas diarias, hacinados
con cinco menores de edad en un espacio minúsculo que servía a la vez de taller
y vivienda, con un solo cuarto de baño sucio y sin agua caliente, “y todo para
ganar 200 o 300 reales [entre 90 y 130 euros] y estar endeudados con las
mafias. La situación era muy, muy grave”.
Inditex volvió ayer a responsabilizar a la firma AHA, uno de
sus más de 50 proveedores en Brasil, de haber subcontratado de forma “no
autorizada” la fabricación de prendas de Zara en los dos talleres textiles
clandestinos descubiertos por las autoridades de aquel país. Pero los
inspectores del ministerio rechazan los argumentos de la multinacional de
Arteixo (A Coruña). “Si nosotros podemos rastrear la cadena de producción,
Inditex también puede hacerlo”, sostiene Cassiano. “Y si Inditex es capaz de
controlar la calidad de sus productos durante todo el proceso de producción,
¿por qué no hace lo mismo con la mano de obra que emplea?”.
Segunda operación desde mayo
El pasado mes de mayo, una operación similar a la desplegada
en Sao Paulo permitió desmantelar varios talleres clandestinos en la ciudad de
Americana, en el interior de la región paulista. En aquella ocasión fueron
liberados 52 trabajadores, casi todos de nacionalidad boliviana, que estaban
siendo explotados y sometidos a unas condiciones laborales degradantes.
Según fuentes de la cadena de televisión Band -la
segunda de Brasil, cuyos reporteros destaparon las irregularidades cometidas
por Zara en Sao Paulo-, la mayoría de los 52 trabajadores esclavos liberados
también elaboraba prendas de ropa para la firma de moda española.
El portavoz de Inditex aseguró que “la seriedad de esta
compañía es modélica” (sic), y señaló que el grupo textil realiza anualmente
más de un millar de auditorías a proveedores de sus marcas en todo el mundo
para asegurarse de que cumplen su código de conducta.
“Estamos colaborando con las autoridades brasileñas para
revisar los sistemas de producción de nuestros proveedores y evitar que casos
como el de Sao Paulo vuelvan a producirse”. El representante de la multinacional
gallega eludió comentar, sin embargo, la denuncia del Ministerio de Trabajo
sobre la existencia de al menos otros 30 talleres clandestinos ligados a Zara.
FUENTE: lahaine.org
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