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© Juan Manuel Serrano/AP Photo
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Por Asier Ubico y Diego Lotito
En el contexto de los brutales ataques que el Gobierno del
PP viene llevando a cabo contra el conjunto de los trabajadores, ahora les ha
tocado el turno a los mineros. Década tras década, las cuencas mineras han sido
devastadas, atenazadas entre las multinacionales de la energía como Endesa o
Iberdrola, la superexplotación laboral en manos de los minifundistas y
empresarios de la minería, y los sucesivos gobiernos del PSOE o el PP que han
condenado a miles de familias mineras a la miseria y la ignominia, sobre todo
mediante despidos y prejubilaciones forzosas, las cuales han generado un paro
de masas que se ha instalado en estas regiones de forma estructural desde hace
años. Pero si tantas veces los capitalistas y sus gobiernos han descargado sus
crisis sobre los hombros de las familias trabajadoras, esta vez es
cualitativamente distinto. Quieren hacer sufrir a los mineros las consecuencias
de unos recortes que suponen el 60 % de las ayudas a la industria carbonífera
–que el último gobierno del PSOE ya venia recortando durante el 2011-, junto a
un cúmulo de prejubilizaciones forzosas que ya están sufriendo los trabajadores
en diversas cuencas mineras.
El recorte que contemplan los presupuestos generales para la
industria minera es draconiano: el 63,2 % para las ayudas al funcionamiento de
las empresas, el 39,2 % para infraestructuras en las cuencas, el 76,6 % para
proyectos empresariales, el 100 % en materia de seguridad minera y el 99,6 %
para formación y becas. Además, la consignación para el Instituto del Carbón
baja el 39,1 %. Esta aguda situación es la que ha desatado un duro conflicto en
el que se han implicado con toda su fuerza y tradición de lucha miles de
mineros que aún extraen el negro mineral en los socavones de las minas
carboníferas de Asturias, León, Galicia, Aragón, Andalucía, Castilla-La Mancha
y otras regiones.
“Hoy banderitas, mañana dinamita”
Después de nueve jornadas de Huelga, los mineros vienen
radicalizando sus protestas. Los paros en la industria han sido totales y
engloban a más de 8 mil mineros en todo el Estado Español, contando además con
la parálisis que ha causado para otras industrias auxiliares del carbón.
Después de las manifestaciones que se hicieron en todo el país y en cada región
de la cuencas, el Gobierno trato de desviar el descontento con una reunión el
29 de mayo entre los empresarios mineros, los dirigentes sindicales de CCOO y
UGT y el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, en el marco de la comisión
de seguimiento del Plan del Carbón. Pero como era de esperarse, dicha reunión
fue un fracaso rotundo por el claro empeño del Gobierno de seguir adelante con
las medidas. Ante esto, los sindicatos –con el apoyo de las propias patronales-
declararon la Huelga General “indefinida” del sector, que por ahora se ha
prolongado hasta el día 6 de Junio. Al día siguiente tuvo lugar una
manifestación de más de 10.000 mineros que recorrieron las calles de Madrid y
llevaron a fuertes enfrentamientos con los antidisturbios. Durante estos días
los mineros han protagonizado grandes acciones de lucha, recuperando métodos de
lucha combativos, como cortes de calle y carreteras por medio de troncos y
neumáticos en llamas, piquetes y fuertes enfrentamientos con las unidades
especiales de Policía y la Guardia Civil que culminó con varios mineros
detenidos.
En Aragón, en los primeros días de las jornadas de huelga y
después de una Asamblea general, los trabajadores se dirigieron a cortar la
carretera que lleva a la Central Térmica en manos de Endesa (que quema el
carbón autóctono de Andorra), llamando a los trabajadores de la misma a
secundar la Huelga junto a ellos. Y también durante estos días, en Castilla y
León se han repetido las protestas y los cortes de carreteras y más de 1.500
personas entre León y Ponferrada han participado en las manifestaciones. En
Asturias las acciones de lucha han conquistado la unidad de acción con los
trabajadores del transporte, que el día 5 empezaban también una huelga
indefinida con la participación del 90% de los empleados, un hecho histórico
que los propios dirigentes sindicales admitían que no sucedía desde hacía una
década. En León, en el marco de persecución política contra los mineros,
mientras el Subdelegado de Gobierno Gabino de Lorenzo ha emitido un comunicado
advirtiendo que “la ley será respetada a rajatabla y que detendrán a todo el
que la vulnere”, los obreros no cesaban en sus acciones y aclamaban con gritos
y aplausos de apoyo a los seis mineros que desde el día 5 permanecían
encerrados en las dependencias de la institución provincial. Todo hace prever
que esta es una lucha que recién comienza y tendremos un “verano caliente” en
las comarcas mineras.
Represión, la respuesta del Gobierno; Resistencia, la de los
mineros y el pueblo
Como viene sucediendo, el mecanismo básico del Gobierno para
pasar sus planes de ajuste es la represión y la persecución a los luchadores
obreros y populares. No ha sido distinto con la lucha de los mineros. En todas
las acciones de lucha la policía y la Guardia Civil actuaron con brutalidad
contra los mineros: en Asturias, dos mineros fueron detenidos y decenas
identificados; en Madrid tras la multitudinaria manifestación, también hubo
detenciones, entre ellas, la de un compañero estudiante de la UAM y miembro del
15M, al que piden 12 años de cárcel por haber participado de la manifestación!
En todos los casos hubo detenciones, golpes, pelotas de goma, gases
lacrimógenos e identificaciones masivas.
El último hecho han sido los 7 mineros de León detenidos hoy
miércoles tras cargar contra el piquete que cortaba el puente de Fernández
Casado de la autopista León-Campomanes desde las diez de la mañana. Como cuenta
un cronista, “Los mineros habían trasladado su movilización a este emblemático
puente de la AP-66 esta mañana, donde cruzaron camiones y arrojaron piedras
sobre la calzada para cortar ambos sentidos de la circulación. Desde las
huelgas de los noventa, los mineros no elegían como escenario de sus
reivindicaciones este puente, situado poco antes de la desviación hacia
Villablino” (El Diario de León, 06/06/2012).
Pero la cosa no terminó allí, la represión se trasladó al
pueblo de Ciñera, que se transformó en un virtual campo de batalla entre los
mineros y la Guardia Civil… la “Batalla de Ciñera”, como ya podríamos
bautizarla. Durante horas se vivieron intensos combates callejeros donde los
mineros resistieron a las fuerzas de represión. Hasta el alcalde pedáneo de la
localidad resultó herido por una pelota que casi le quita un ojo. Un vecino
relataba los hechos diciendo " no hemos podido salir de casa. Daba miedo.
Había tiros en las calles y la gente corría. Los mineros se han metido detrás
de los contenedores y la Guardia Civil disparaba en medio de la calle",
mientras otra vecina aseguraba que durante los enfrentamientos “ha habido
vecinos que abrieron la puerta para que los chavales se metieran en las casas.
Están peleando por lo suyo y aquí todo el mundo sabe lo que es la minería” (El
Diario de León, 06/06/2012).
Pero a pesar de la represión, se extiende la resistencia y
la solidaridad de clase de los pobladores de las localidades mineras.
Contradicciones: los métodos radicales y el programa del
conflicto
“La octava jornada consecutiva de la huelga indefinida de la
minería del carbón en Asturias ha recrudecido este lunes las protestas con
movilizaciones que han generado cinco detenidos, un agente herido y la
repetición de media docena de cortes de tráfico en las principales autopistas y
carreteras de la región. Además, la Guardia Civil ha incautado ‘gran cantidad’
de material ‘altamente peligroso’ utilizado para causar disturbios en la huelga
de la minería”. (ABC, 05/06/2012) Así relataba la prensa reaccionaria los
sucesos de otra de las batallas de los últimos días, La “batalla de Santa
Cristina de Lena” (ver recuadro) el pasado martes 5 de junio en Asturias. No es
para menos. Centenares de mineros enfurecidos (miles sin contamos todas las
cuencas y pozos a lo largo y ancho del país que se hallan en paro total de
actividades), piquetes y neumáticos encendidos, corte total de carreteras,
sabotaje al transporte, tirachinas, bidones de gasolina, voladores, puntas
oxidadas y hasta “lanzacohetes artesanales”. Si el valor y la voluntad están
entre las más preciadas virtudes del guerrero, también habría que incluir la
creatividad… ¡y vaya si son creativos los mineros a la hora de luchar! Los
valientes combates de los mineros asturianos que hace dos días pudimos ver por
todos los canales de televisión, nuevamente hicieron honor a su brava tradición
de lucha.
Es entonces cuando uno espera que las patronales pongan el
grito en el cielo llamando a la racionalidad y el orden contra el vandalismo.
Pero la patronal carbonífera esta vez se ha pintado la cara de rojo y ha
llamado a la racionalidad… al propio gobierno: “El presidente de la patronal
del carbón Carbunión, Victorino Alonso, ha dicho hoy que espera que el Gobierno
muestre en la reunión de la comisión de seguimiento del Plan del Carbón del
miércoles ‘por lo menos, cierta racionalidad y cierta sensibilidad’.” (Público,
04/06/2012) Sin embargo, esto no es algo sorprendente, sino lógico. Las
patronales del carbón, con la colaboración de direcciones de los sindicatos,
son quienes han impuesto el programa de reivindicaciones de la lucha. Por ello,
la manifestación de Madrid el 31 de Mayo era “encabezada por empresarios y
sindicalistas unidos tras una pancarta en la que se puede leer ‘Por el futuro
del carbón autóctono y la reactivación de las comarcas mineras. Por el empleo’”
(La Nueva España, 31/05/2012), y culminó en el Ministerio de Industria para
exigir al Gobierno el cumplimiento con lo previsto en el Plan Nacional del
Carbón.
En esta situación, los valientes mineros asturianos,
leoneses, aragoneses, gallegos y del resto de las cuencas y comarcas mineras
del país, a pesar de su combatividad y su entrega en la lucha, están siendo
llevados por sus dirigentes detrás de una demanda en la que las
reivindicaciones obreras están subsumidas por un programa para salvar a los
capitalistas de la minería. Los mismos capitalistas que sin sonrojarse amenazan
con cerrar las minas… ¡si sus obreros no consiguen con su fuerza y su lucha que
no les quiten los subsidios! O en el mejor de los casos, no cerrar… pero bajar
los salarios al nivel de la quita de los subsidios, como también anunciaba en
la prensa con total descaro el gran patrón carbonero Victorino Alonso:
“‘Propondremos a los trabajadores una rebaja del sueldo proporcional a la
rebaja de las ayudas a las empresas que ha decidido el Gobierno’, alrededor del
70%” (La Nueva España, 11/05/2012).
Lamentablemente, las direcciones sindicales de UGT y CCOO,
con gran tradición de lucha y organización entre el proletariado minero, se han
transformado en voceros de este chantaje patronal, atando la suerte de los
trabajadores al destino de los propios empresarios mineros y llevándolos a un
callejón sin salida.
La patronal carbonera y la “mala memoria” de los dirigentes
sindicales
Hace pocos días, el secretario general del sindicato
SOMA-UGT, José Ángel Fernández Villa, ha advertido hoy de que los mineros “no
van a tolerar” las políticas “destructivas” del Gobierno a la minería del
carbón, que “son una copia absoluta” de las que aplicaron Ronald Reagan en
Estados Unidos y Margaret Thatcher en el Reino Unido. Su evaluación es justa.
Pero si Villa fuera consecuente con su lectura de la situación, sabría que no
se puede enfrentar el “thatcherismo” del PP yendo de la mano con las propias
patronales mineras, que coyunturalmente se encuentran enfrentadas con el
gobierno por un problema de subsistencia, pero cuyo único interés han sido
siempre sus ganancias y no la vida de las comarcas, los mineros y el resto de
sus pobladores.
Vale recordar lo que decía hace algunos años un portavoz del
grupo empresarial carbonero más importante en España -con importantes empresas
e intereses ramificados también en la construcción y los servicios
industriales-, Victorino Alonso: en el 2003 “afirmaba que ‘no tiene sentido’ ir
a una movilización con los sindicatos porque aunque muchas de sus
reivindicaciones son coincidentes buena parte del resto atañen y van
precisamente contra la patronal: “Están en su derecho, pero se trata del
discurrir propio sindical: las empresas tienen otras formas de actuar’” (Diario
de León, 16/03/2003).
Y claro que tienen “otras formas de actuar”. Valga como
ejemplo que en febrero del 2010, los trabajadores de los grupos mineros Alonso
y Viloria se disponían a ir al paro porque la empresa no les pagaba las
nóminas, pese a que el Ministerio de Industria había otorgado a las empresas
las ayudas al funcionamiento de sus explotaciones un mes antes por un total de
casi 140 millones de euros. El presidente del comité de empresa de Uminsa,
Guillermo Sánchez de UGT, declaraba en la prensa: “estamos hartos de no cobrar
los sueldos (…) Llevamos seis meses en esta situación, con demoras en el pago
de las nóminas por encima de los cinco días”, mientras sostenía que la base del
conflicto no estaba “en la falta de liquidez aducida por la patronal, sino en
la presión que se quiere ejercer sobre la compañía pública Hunosa para que
incremente en un 2% la factura por la compra del carbón que no admiten las
centrales”, utilizando a los empleados para coaccionar a la empresa pública
(Diario de León, 24/02/2010). El engaño, la vileza y la explotación son la
verdadera cara de los capitalistas carboneros, y por qué no recordarlo, la de
cualquier capitalista.
¿Qué ha cambiado para que la patronal acepte ahora
manifestarse junto con los sindicatos? Sencillamente que, frente al ataque del
gobierno con la quita de subsidios, los dirigentes sindicales han evitado
incluir cualquier reivindicación antipatronal en la lucha para hacer un frente
único con los empresarios, en vez de confiar en la fuerza de los trabajadores y
un plan de lucha obrero independiente del Estado y de los capitalistas.
La necesidad de un programa independiente: por el control
obrero de las minas y de los subsidios
La lucha minera va a continuar, porque ni los trabajadores
ni el Gobierno pueden ceder. Los trabajadores, porque está en juego su propia
vida y la de sus familias; el Gobierno, porque no sólo tiene el objetivo
estratégico de liquidar la industria minera del carbón en representación de los
intereses de las multinacionales y las imposiciones de la UE y el plan europeo
de ayudas al carbón, sino por un motivo político aún más importante: ceder ante
la lucha de los mineros y sus métodos radicalizados, sería un “malísimo
ejemplo” para los millones de trabajadores y jóvenes que enfrentan los recortes
y la reforma laboral en todo el Estado. O dicho de otro modo, sería… un
extraordinario ejemplo a seguir. Por ello, es necesario quebrar la voluntad del
Gobierno.
A pesar de estar siendo llevados por sus dirigentes detrás
de un programa que no representa sus verdaderos intereses de clase, el rol de
vanguardia que vienen jugando los mineros en la lucha de clases del Estado
Español, la radicalidad de sus métodos y su vocación de unificar las luchas
–como lo mostraron los mineros asturianos con sus compañeros del transporte-,
puede impactar sobre muchas compañeras y compañeros, posibilitando que nuevos
sectores de vanguardia emerjan, radicalicen sus acciones de lucha y den pasos
hacia una política que supere los límites que imponen las direcciones
sindicales conservadoras.
Los revolucionarios de Clase contra Clase bregamos por esta
perspectiva. Humildemente, no defendemos a la industria minera, si por ello se
entiende a los propios capitalistas que se enriquecen con la explotación brutal
de sus trabajadores y el usufructo vil de los subsidios del Estado. Lo que
defendemos es a la clase obrera minera y a sus familias, como a todos los
pobladores pobres de las comarcas que durante décadas han soportado la
humillación de los capitalistas y sus gobiernos.
La única garantía de que las industrias mineras sobrevivan,
funcionen efectivamente, preservando al máximo posible el ambiente y
permitiendo la utilización de sus recursos al servicio de toda la comunidad,
será que los trabajadores logren imponer el control obrero sobre su gestión y
sobre el uso de los subsidios del Estado central. La única garantía de que las
industrias mineras sobrevivan, funcionen efectivamente, preservando al máximo
posible el ambiente, restaurando el territorio una vez explotado y permitiendo
la utilización de sus recursos al servicio de toda la comunidad, será que los
trabajadores logren imponer el control obrero sobre su gestión y terminen con
los buenos negocios que la patronal minera viene haciendo con los subsidios del
Estado central, por medio de la expropiación sin indemnización de todas las
minas y su inmediata nacionalización. ¡Basta de subsidios que acaban en los
bolsillos de unos pocos capitalistas! Para mantener los puestos de trabajo,
mejorar las condiciones y poder trabajar de una manera segura y respetuosa con
el entorno, es necesario luchar por una minería pública, suficientemente
financiada por el Estado y bajo el control de los trabajadores, los únicos
interesados en preservar la vida y el futuro de las comarcas.
La lucha minera puede quebrarle el brazo al Gobierno. Pero
para ayudar a ello es necesario difundir entre todos los estudiantes y
trabajadores del país el gran ejemplo de lucha de los mineros y rodearlos de
solidaridad. Pero no de una solidaridad de palabra, sino en los hechos,
luchando en primer lugar, por la defensa de los mineros contra la represión que
vienen sufriendo en distintas comarcas, la libertad sin causas judiciales de
todos los detenidos y el cese de las persecuciones. Al mismo tiempo, convocando
a coordinar junto con los mineros a todos los sectores de trabajadores y
estudiantes en lucha, peleando por un programa independiente no sólo del
gobierno sino también de las patronales.
Los compañeros mineros han sido históricamente uno de los
batallones más combativos del proletariado español. Ellos fueron quienes
capitanearon la insurrección de 1934 que levantó la Comuna de Asturias, y más
tarde, en 1962, las huelgas de la minería de esa región significaron un punto
de inflexión en el despertar del movi¬miento obrero que haría entrar en crisis
a la Dictadura de Franco. A pesar de los golpes sufridos a base de falsas
“reconversiones” y cierres, a pesar de las traiciones y del conservadurismo de
sus dirigentes, siguen dando muestras de heroísmo y combatividad. Tenemos
confianza en que nuevamente habrá “una luz en Asturias” y en todas las comarcas
mineras que ilumine la lucha para derrotar al Gobierno y la patronal.
La batalla de Santa Cristina de Lena
Santa Cristina de Lena es conocida por su afamada iglesia
prerrománica, situada sobre una colina que domina el valle del río Lena.
Rodeada de naturaleza y verdes valles y colinas, esta ermita del siglo IX ha
conquistado su reconocimiento como Monumento Histórico Artístico y Patrimonio
de la Humanidad. Pero por estos días, las imágenes de Santa María de Lena que
recorrieron el mundo fueron menos celestiales. Como cuenta un vívido relato de
un cronista del diario La Nueva España que vale la pena citar extensamente:
“Ocho de la mañana. Asturias amanece ante lo que será el día
más duro hasta la fecha en las protestas mineras en contra del recorte de las
ayudas al carbón que amenazan con cerrar el sector de forma inminente. El sol
comienza a brillar sobre las laderas del entorno de Santa Cristina de Lena, un
lugar religioso, de peregrinaje para los creyentes, que ayer se iba a convertir
en todo lo contrario: un campo de batalla entre mineros y antidisturbios. Fuego,
barricadas, misiles caseros, botes de humo, heridos y detenidos fue el balance
de una cruenta jornada de movilizaciones mineras. (…)
Al filo de las nueve de la mañana, decenas de trabajadores
del sector carbonero comenzaban a organizarse en el entorno de Vega del Rey y
de la estación de tren de La Cobertoria. Armados con neumáticos, saltaban a la
autopista A-66 y, como cada jornada, y ya van unas cuantas desde el inicio del
conflicto, cortaban el paso a los vehículos. Antes de que el reloj marcara las nueve,
la barricada estaba formada y los neumáticos y árboles, utilizados para cortar
el paso, en llamas. Pero algo iba a cambiar respecto a los días anteriores: la
Guardia Civil aceptó esta vez el órdago de los mineros. Aparecieron veloces, en
más número que nunca, y en apenas 10 minutos ya más de medio centenar de
agentes se agolpaban en el entorno de la barricada. Comenzaba la batalla de
Santa Cristina de Lena.
La Guardia Civil comenzó a disparar pelotas de goma y botes
de humo a los mineros que, lejos de achicarse, repelían los ataques con
gomeros, piedras y voladores, y se defendían con escudos metálicos artesanales.
Sin embargo, el humo hacía que poco a poco fueran perdiendo terreno. Era la
hora de tirarse al monte, un terreno que por tradición siempre se les había
dado mejor que a los agentes de la autoridad en cada enfrentamiento minero. (…)
La estrategia de los agentes fue ir rodeando a los mineros.
Entre tanto, estos últimos atacaban cada vez que veían asomar a un
antidisturbio. Las imágenes que cientos de veces se ven en el telediario de
milicianos árabes combatiendo con cohetes artesanales contra ejércitos armados
se reprodujeron ayer en Santa Cristina, con los mineros en el papel de
milicianos.
Armados con tubos metálicos de andamios de la construcción
como lanzacohetes, los mineros los cargaban con voladores. Apuntar, encender la
mecha y ¡pum!; «misil» contra los agentes. Así durante varios minutos, hasta
que la Guardia Civil se hacía un escollo demasiado duro y había que emprender
la huida. Tras tres horas de batalla, los mineros se dispersaron por el monte
tratando de escabullirse de los agentes. Para dos de ellos, el día iba a acabar
con sus huesos en la comandancia, ya que fueron detenidos en una pradera
cercana a Santa Cristina.” (Andrés Velasco, “La batalla de Santa Cristina de
Lena”, La Nueva España, 05/06/2012)
En estos días, con algunos compañeros recordábamos una
hermosa copla minera de un cantor del sur argentino, que en su emocionante
estribillo reza: “A ver si se saca el sombrero, señor, que va a pasar un
obrero... a ver si se saca el sombrero, señor, que va a pasar un minero.” Y no
la recordábamos por casualidad. Como no “sacarse el sombrero” ante tan grandes
muestras de combatividad y lucha de los valientes mineros asturianos.
Fuente: rebelion.org