sábado, 7 de julio de 2012

Los inútiles

Los inútiles no se oponen a los desahucios para no quebrantar el orden jurídico que ellos mismos establecen.
Para ellos el control del déficit y la consolidación fiscal, es la única solución a todos los problemas, pero son incapaces de ver como se fuga la pasta de los peces gordos del IBEX a los paraísos fiscales.
A los inútiles les pagamos el sueldo para que desde el estado acaben defendiendo intereses privados. Cuando huele a petróleo, los inútiles, siempre están preparados a lanzar bombardeos humanitarios para preservar los derechos humanos.
Los inútiles convierten la deuda privada en pública.
Los inútiles cuando dejan de ser útiles, independientemente del partido al que pertenezcan, siempre tienen reservado un asiento en los consejos directivos de las grandes empresas como premio a su honesta e inútil labor.
En su tiempo libre y para distenderse de la crisis que no padecen y de la cual se alimentan, los inútiles se van a cazar elefantes al Africa y como saben que su popularidad esta en caída libre, se abrazan al triunfo de la selección española para maquillar su imagen.
Los inútiles no entienden de estados y naciones, por eso, les prestan el dinero a la banca privada al 1% para que estos a su vez compren deuda “soberana” al 6,7,8%. En caso de dificultades colaterales, los inútiles garantizan  el rescate. No importa la cifra. Tampoco importa la cifra destinada anualmente a mantener la labor improductiva de la Iglesía y de la Casa Real.
Los inútiles caminan como equilibristas en una cuerda que se tensa, pero llevan arnés, sujetos a las garras de la banca.
Los políticos inútiles son elegidos democráticamente y constituyen mayorías parlamentarias legales pero ilegítimas para imponer políticas perfectamente planificadas y deliberadamente en contra de la inmensa mayoría de los ciudadanos.
Los inútiles se erotizan con la austeridad y la prima de riesgo, poniendo en riesgo la salud y la educación de todos. 
Piden austeridad y sacrificio, pero  el sacrificio solo tiene un nombre: el ciudadano de a pie, como ofrenda a una deidad en señal de homenaje a los mercados financieros, sin nombres ni rostros, invisibles.
En los medios masivos de comunicación, a los inútiles, (que dejan la política en un segundo plano para defender intereses económicos ajenos a la mayoría de la población), se los llama “la clase política”. Se los mantiene y se les da oxigeno, porque para que nada cambie, es necesario la alternancia en el poder del uno y del otro.
La permanencia de los inútiles es la condición necesaria para que la crisis que nos la presentan como un fenómeno natural, imparable, inevitable y desvastadora se profundice, porque con la crisis, ganan siempre los mismos, los dueños de todo, que son también los dueños de la historia.
Con mucho cabreo, pero con poca razón, llamamos a nuestros políticos “inútiles”. Tras los invisibles “brotes verdes”, el tópico de “Zapatero inútil” dio lugar a la segunda escena de un mismo simulacro democrático: el “inútil de Rajoy”. Sin embargo, la falta de aptitud, la falta de capacidad o el coeficiente intelectual de esta casta política que nos gobierna desde la inutilidad, deviene en grandes utilidades para la banca y el desregulado sistema financiero.
Somos demasiado ingenuos, demasiado honestos, demasiado ciegos para creer, que esta crisis que nos atraviesa es una consecuencia de la incapacidad de nuestros políticos y no de sus políticas económicas pensadas y elaboradas, allá en lo alto, en la cresta de la ola neoliberal, para legitimar el traspaso de sumas multimillonarias de dinero y recursos de la mayoría de los ciudadanos a una minoría selecta.
Aunque cierto es que hay honradas excepciones, que todavía creen en la política y en la democracia real como instrumento para poner fin a este saqueo, somos útiles, demasiado útiles, para mantener a estos políticos que votamos y que no nos representan. 

3 comentarios:

  1. Es cierto, los llamamos inútiles pero no lo son. Lo llaman democracia y no lo es. Mienten.Defienden los intereses de las grandes empresa y vienen a por nosotros. Es necesario una nueva generación de políticos, donde la política este al servicio del pueblo y no de la usura del gran capital.

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  2. Esta gentuza ha demostrado ser muy útiles para los bancos, pero de utilidad para los trabajadores, un cero pelado. Que se vayan, no nos representan. Dimisión YA!

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  3. Los medios de comunicación son los responsables de que nos gobiernen estos inútiles, siempre nos presentan al bipartidismo como única opción y caemos en esta estafa electoral, sin darle casi espacio a otras alternativas políticas.

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