"Periodistas en alerta ante el cinismo de EEUU"
Por Juan Carlos Camaño, Presidente de la FELAP
Con arrogancia inagotable EE.UU. toma la palabra en el marco
de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA),
celebrada recientemente en Bolivia, y carga contra los países de la región,
exigiendo garantías para una plena “libertad de prensa y expresión”. Cinismo.
Con motivo de cumplir sus treinta y seis años de vida -7 de
junio de 1976-2012- la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), viene
haciendo repaso de su lucha histórica: seminarios por la democratización
informativa, movilizaciones callejeras contra la impunidad y las persecuciones
a periodistas y los asesinatos de trabajadores de la prensa en general. Lucha
por salarios dignos, contra la concentración monopólica y la explotación
laboral, por mejores condiciones de trabajo y por la libertad sindical.
“No hay democracia informativa sin democracia económica”,
sigue siendo, para la FELAP, una consigna que clava el acento en la cuestión
nodal de la lucha de clases.
Se cumplen treinta y seis años del nacimiento de la FELAP,
sin dejar un solo día de asumir un rol de resistencia al capitalismo salvaje, o
al neoliberalismo, como se quiera llamar: contra la injusta distribución de la
riqueza, contra la mercantilización de la noticia, la degradación periodística,
la prensa roja, amarilla, basura. Y a favor de una profesión comprometida con
la defensa de la soberanía, la independencia y la democracia con justicia
social en cada uno de nuestros países. Ardua y vivificante lucha la de la
FELAP. Digna lucha. Vigente.
Y en todos los casos, en cada una de las luchas dadas, por
una sociedad mejor, un mundo más solidario, ha habido invariablemente un
denominador común que ha caracterizado -y caracteriza- al enemigo de la vida,
de la igualdad y la fraternidad, al enemigo de la humanidad: EE.UU.; en tanto
imperialismo que coarta libertades, planifica las desigualdades sociales y
promueve el caos con el que medra para la expansión de la represión de pobres,
indigentes y militantes populares.
EE.UU., en tanto imperialismo, mentor y ejecutor de crímenes
políticos, del crimen mafioso, de la tortura como método de terror por goteo,
del ahogo financiero a países y regiones enteras, de bloqueos de comida y
medicamentos a pueblos que se animan a enfrentarlo, en nombre de la dignidad
humana y de la protección del planeta.
El cinismo de EE.UU. en la reciente Asamblea General de la
OEA, reclamándole a otros lo que el imperialismo no practica es, sencillamente,
un insulto más a la inteligencia de millones y millones de mujeres y hombres
que no sólo teorizan acerca de que otra comunicación es posible, sino que la
construyen, día a día. Mujeres y hombres que disputan un lugar para todos en el
campo de la información y la comunicación, como miles de millones de seres
humanos luchan por el pan y la vivienda, por no ser arrasados en su identidad y
porque se los respete en su condición de seres humanos.
No es cuestión de citar la larga lista de oprobios cometidos
por EE.UU. en el mundo. Larga también es la lista de las violaciones y matanzas
que EE.UU. esconde en las gavetas del Pentágono y la Casa Blanca para próximas
tropelías: ahora mismo su “libertad de prensa y expresión” abona insistente, en
diversos formatos informativos, comunicacionales y a través de la industria del
entretenimiento y el incentivo a la adicción por el consumo de nuevas tecnologías,
sofisticados tipos de guerras, invasiones robóticas de precisión milimétrica y
captura de recursos estratégicos de otros países mediante bombardeos
“inteligentes”.
EE.UU. practica la “libertad de prensa y expresión” como
apología de crímenes de lesa humanidad festejados en la reivindicación, por
citar un ejemplo, del “Predator”, un avión asesino no tripulado. La libertad de
expresión para EE.UU. significa, entre otras calamidades, negar toda
información sobre su ciberarsenal, compuesto de ciberarmas “para casos
extremos”: ¿Cuáles? ¿De qué hablan, sino de la libertad de matar a su antojo
cuando sea y donde sea?
Sin embargo, EE.UU. tiene el tupé de regañar, advertir y
amenazar a los países de la región para que revisen y modifiquen su política
“negativa” en materia de libertad de prensa y expresión. Cinismo. Puro cinismo.
A manera de repudio a la actitud de EE.UU. en la Asamblea
General de la OEA, en Bolivia, la FELAP recuerda que a la hora de su fundación
como organización continental de los periodistas-trabajadores de prensa -7 de
junio de 1976- dijo, como primer punto de los dieciséis que resumieron para
siempre sus principios inviolables, que era -es- “una organización
antiimperialista, anticolonialista, popular y democrática, que adopta métodos
de lucha revolucionaria para el logro de sus objetivos”.
Mientras las dictaduras militares latinoamericanas
desaparecían y masacraban a cientos de miles de trabajadoras y trabajadores,
estudiantes, periodistas, científicos, escritoras y escritores, sindicalistas,
políticos, con la complicidad de medios de comunicación ajustados al plan de la
doctrina de seguridad nacional, parido en Washington, la FELAP afirmaba, en su
segundo punto de esa declaración de principios fundacionales, “reconocer el
carácter continental de la lucha de los pueblos contra la opresión” y que solo
de esa lucha “surgirá la gran patria latinoamericana”.
Se transcriben aquí, de manera textual, desde el punto uno
al dieciséis de la mencionada declaración.
1) La Federación Latinoamericana de Periodistas es una
organización antiimperialista, anticolonialista, popular y democrática, que
adopta los métodos de lucha revolucionaria para el logro de sus objetivos.
2) Reconoce el carácter continental de la lucha de los
pueblos contra la opresión y sostiene que solo de ella surgirá la gran patria
latinoamericana.
3) (La FELAP) Hace causa común con las organizaciones
populares democráticas y revolucionarias en la lucha por las reivindicaciones
políticas, económicas, sociales y culturales de los pueblos de América Latina.
Por ello los periodistas latinoamericanos declaran que se encuentran junto a la
prensa obrera, a la prensa proletaria y revolucionaria., que es la que mejor
refleja los intereses de nuestros pueblos.
4) Enarbola las banderas de la liberación nacional de los
pueblos de América Latina y estrecha filas en la lucha contra las corporaciones
transnacionales y la dominación del imperialismo norteamericano.
5) Declara que está junto a los pueblos y gobiernos de
nuestra América que en el libre ejercicio de sus derechos soberanos defienden
los recursos vitales de sus países frente a cualquier amenaza de Estados Unidos
de Norteamérica y otras potencias capitalistas; y consecuentemente, apoya a los
demás pueblos del tercer mundo que luchan por estos mismos objetivos.
6) Rechaza la penetración ideológica que se ejerce por
conducto de los medios de acción masiva por parte de los sectores reaccionarios
y proimperialistas de nuestros países.
7) Afirma su decisión de luchar por las reivindicaciones
profesionales que procuren mejores condiciones de trabajo y vida y por la
defensa integral de los derechos profesionales y gremiales.
8) Declara su decisión de orientar sus pasos por el camino
de la unidad de toda la clase obrera, el campesinado y las fuerzas populares y
revolucionarias, y con el conjunto de los trabajadores de la comunicación,
especialmente con los trabajadores gráficos.
9) Los periodistas latinoamericanos hacen suyo el principio
fundamental de la solidaridad internacional de la clase trabajadora.
10) La libertad de prensa la conciben como el derecho de
nuestros pueblos a ser oportuna y verazmente informados y a expresar opiniones
sin otras restricciones que las impuestas por los mismos intereses de los
pueblos.
11) Consecuentemente con ello luchan por el cambio en el
régimen de propiedad de los medios de comunicación masiva a fin de rescatarlos
de las manos de las clases dominantes, al servicio de los intereses
imperialistas que sojuzgan a los pueblos de América Latina.
12) Declara que el periodismo tiene una responsabilidad
política e ideológica, por la naturaleza de su profesión que influye en la
conciencia de las masas y que esa responsabilidad es insoslayable y constituye
la esencia de su función social.
13) Afirma que la formación cultural y la educación deben
orientarse con sentido crítico, cuestionante y liberador, para coadyuvar a la
lucha de los pueblos; por lo tanto, deben estar al alcance y en consonancia con
los intereses de las mayorías nacionales.
14) Se declara antifascista y se opone a todo régimen de
terror inspirado en la opresión del pueblo.
15) Reivindica la defensa de los derechos y la dignidad
humana y marcha al lado de quienes se expresan a favor de los cambios sociales
dentro de las circunstancias específicas de cada país.
16) Finalmente la Federación Latinoamericana de Periodistas
declara en forma solemne que no está ni estará jamás divorciada de los
intereses de los pueblos de nuestro continente.
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